La hernia discal es una de las dolencias de la columna
vertebral más comunes y extendidas de hoy en día.
Una explicación general: ¿qué es una hernia?
Las hernias se pueden presentar en distintas partes del
cuerpo como, por ejemplo, el estómago, el cerebro o la columna. Bien, pero qué
¿es una hernia?
En lenguaje médico se dice que existe una hernia cuando una
parte de un órgano del cuerpo se desplaza fuera de la cavidad que lo contiene.
Como decíamos, las hernias pueden producirse en distintas
partes del cuerpo. Por ejemplo la hernia de estómago, la hernia umbilical
(cavidad abdominal), la hernia cerebral (cerebro) y, por supuesto, la hernia
discal.
¿Y qué es una Hernia Discal?
La hernia discal se produce cuando una parte de un disco
intervertebral se desplaza fuera de su
lugar, ocupando un lugar que no le corresponde. Este desplazamiento ocurre
debido a que, por algún motivo, el disco se ha deteriorado.
Consecuencia de este desplazamiento el disco comprime la
médula espinal o alguna raíz nerviosa que sale de la médula espinal. Esta
presión puede producir daños neurológicos (en los nervios) y, por tanto, causar
dolor.
Un dato interesante: No todas las personas que tienen una
hernia de disco sienten los típicos síntomas de la hernia discal. Si la hernia
no comprime la médula o algún nervio, probablemente la persona ni siquiera se
entere de que tiene una. Esto es lo que se denomina una hernia discal
asintomática.
Los dolores que provoca una hernia pueden ser de distinto
tipo. Leves o agudos, puntuales o crónicos, en una zona concreta de la espalda,
o extenderse (irradiarse) hacia las piernas o brazos. También puedes
experimentar molestias como hormigueos, adormecimiento o insensibilidad en las
extremidades. El grado y tipo de molestias dependerá de la ubicación del disco
afectado y de su nivel de deterioro.
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